Según puedes leer en cualquier periódico, en Estados Unidos, en Texas más concretamente, puedes comprar todas las armas que quieras tener.
Pero si entras en un sexshop y te compras 6 consoladores, puede venir la policía y meterte 2 años en la cárcel y/o ponerte una multa de 10.000$.
La sexta polla de plástico que te compras es más peligrosa que una sola pistola. Que 500 pistolas.
O que un tanque M1 Abrams.
Lo más curioso de esta paradoja es leer el por qué.
¿Por qué 5 consoladores sí y 6 no?
Resulta que en el código penal de Texas, en la parte que habla de «delitos contra el orden púglico y la decencia» se define el consolador como un «dispositivo obsceno» y se declara que si alguien «posee seis o más dispositivos obscenos idénticos o similares se presume que los posee con la intención de promoverlos».
¡Oh, no!
¡Tiene 6 penes de goma!
¡Va a promover la obscenidad y va a hundir la decencia de mis hijos!
¡Jimmy, coge uno de los 537 rifles de asalto que guardamos en el granero y ven a ajusticiar a este hijodeputa!
La gente en su infinita sabiduría, sobre todo fuera de EEUU, se pregunta cómo es posible que ante una matanza el mensaje público sea «vigila las señales» o «antes de disparar se ven esas señales», en lugar del más obvio.
El tema aquí está en cómo define cada uno el problema.
Mi problema y el de la mayoría de las personas sensata, es que muera gente.
La solución a mi problema es sencilla. Si sigues tirando del hilo, te das cuenta de que la gente muere porque hay personas trastornadas que tienen acceso fácil a armas de fuego.
Dos causas: gente trastornada y armas.
Detectar, monitorizar, analizar, tratar a los primeros es muy difícil. De hecho, sin delitos de por medio, solo con indicadores de alguna patología y/o un diagnóstico temprano, no creo que puedas tocar ninguno de sus derechos fundamentales.
Así que la cárcel preventiva no sirve.
¿Qué pasa con la segunda causa?
Se prohiben las armas, como en el resto del planeta, y listo.
¿Por qué no se prohiben?
Porque tu negocio y el mío tienen un objetivo claro (en este ejemplo es parar las muertes). El de los estadounidenses no está tan claro.
Por un lado, hay una enmienda en la Constitución que dice que tienes derecho a guardar y portar armas. Quizá tuvo sentido en su momento, en el año 1776, para que la población se defendiera.
Pero aquí se suma el segundo motivo: hay mucha gente, muy poderosa, que tiene poder y dinero gracias a la fabricación, venta y distribución de armas.
Y han transmitido a la población esa necesidad de tenerlas para sentirse seguros.
El tema ya no es parar las muertes. el tema ahora es: parar muertes y respetar mis «derechos» y seguir moviendo miles de millones.
¿Ves?
Tres objetivos de negocio excluyentes no pueden llevar a soluciones razonables.
No tienes más que leer un par de periódicos estadounidenses, escuchar un par de debates o navegar en redes para darte cuenta de que el problema no tiene solución. Porque aunque quisieran cambiarlo, esa propuesta no sobreviviría al proceso de aprobación.
Por eso insisto e insisitiré siempre en que las cosas hay que hacerlas bien desde el principio. Que arreglarlas con todo el tinglado funcionando es muy complicado.
No podemos crear un nuevo país con una constitución ideal, pero sí que podemos crear nuestros negocios, nuestras empresas y nuestras webs con una base ideal.
Quizá si ganamos dinero suficiente, podamos vivir el sueño americano en cualquier otro país del mundo.
Aunque yo prefiero vivir mi propio sueño.
En mi casa.
Donde el arma más grande que hay es el rifle pesado de una minifigura clon de la Legión 501 de LEGO Star Wars que mide 3 ó 4 centímetros de largo.
Por eso te envío consejos diarios para montar tu propio negocio online de éxito si te apuntas al newsletter más abajo.
Porque a mí no me importa que vayas a vender consoladores con tu web. Si lo haces, me gustaría que lo hicieras de la mejor forma posible.
Eso sí, si quieres vender armas o alguna cosa ilegal, no compres mi curso. No quiero que las cosas te vayan bien ni quiero tener nada que ver contigo.
Consoladores sí, consejos para venderlos también, pero armas no
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