Hay gente que piensa que el mensaje que transmito aquí trata del dinero. Hasta me insultan por ello.
Que esto va de ganar más, tener más y entonces vivir mejor.
Esa gente de mira corta no se da cuenta de la imagen completa del paisaje que trato de dibujar ante ti cada día. E incluso me escriben lindezas como las que verás más abajo.
Si hoy no tienes tiempo…
Hoy no hay atajos, my friend. Si quieres crecer, léelo hasta el final
Al final del email entenderás por qué este vídeo es tan importante
Atención: este email contiene material sensible no apto para todos los públicos
Sé que limpiar el ruido que te empapa el cerebro día tras día es difícil, dificilísimo. El miedo al fracaso, a las críticas, a estar solo, a no ser suficiente, a no quererte, a quererte demasiado, a que…, e incluso el miedo a triunfar y que te vaya bien.
Todos luchamos a diario contra pensamientos e impulsos de ese tipo (más si te han educado de esa forma, más si no haces un trabajo consciente por mejorarlo, menos si ya llevas tiempo haciéndolo).
Incluido yo.
Nuestra relación con el mundo, con el dinero, con los demás y con nuestras expectativas empieza en un único sitio: en la relación con nosotros mismos.
Arregla eso, arregla la forma en la que te relacionas contigo mismo, con tus pensamientos, tu forma de hablarte, tus deseos y sueños y el resto de problemas irán cayendo como un castillo de naipes.
Incluido el dinero.
Quizá no porque empiece a llegar a espuertas y sí porque te darás cuenta de que, en realidad, tu objetivo en la vida no es el dinero, ni el tener cosas. Es estar satisfecho contigo y con lo que te rodea.
(Y si no lo estás, lo irás cambiando conforme a tus deseos y necesidades).
Lo que está claro es que si tienes una vida interior triste, yerma y tan llena de carencias que no eres capaz de respetarte lo más mínimo, dedicarás tu tiempo libre a cosas tan absurdas como esta:
Confieso que suelo reírme cuando me llegan emails de este tipo, tan gratuitos como poco certeros. Gente con una vida tan pobre que su única forma de encontrar placer es intentar hacer daño a los demás.
Pero con este he sentido lástima, muchísima lástima.
Tanto tiempo y esfuerzo dedicado a estudiar lo que hace o deja de hacer una persona que vive a medio mundo de distancia con el único objetivo de… ¿atacarle?
Quizá a él le afecte que alguien que no conoce de nada le insulte como hace él en su email, pero déjame decirte algo.
Si trabajas en la dirección que te invito a trabajar cada día, si empiezas a quererte a ti por encima de todo, a tratarte con respeto y a eliminar todo lo que te arrastra hacia abajo en lugar de empujarte hacia arriba, este tipo de críticas te resbalarán por encima.
Luego puede que mires tu libro de cuentas, veas que este año has decidido ganar la mitad de lo que ibas a ganar para, precisamente, vivir mejor contigo mismo y con tus objetivos vitales, y quizá a tus labios asome una sonrisa paternalista.
Pobre chaval.
Mientras tanto, tú y yo podemos seguir mejorando por dentro para que mejore lo que nos rodea.
Si quieres un consejo sobre cómo hacerlo, aquí tienes la estrategia que utilicé yo hace muchos años para diseñar el camino de crecimiento personal que sigo a día de hoy:
Las 6 claves del éxito personal
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