Dentro de unos meses iremos a Londres a ver a nuestros mejores amigos.
El abogado guapo, que alguna vez ha protagonizado estas historias (hola, Iñigo) y su mujer, la cirujana que disfruta de cortar carnes ajenas.
No sé qué neura les dio a todos hace casi una década que se fueron para allá.
Bueno, no, sí que sé lo que les dio, pero eso es otra historia.
El caso es que llevamos tiempo sin ir.
Demasiado tiempo.
Ya sabes, pandemias, hijos y la vida, que sigue un ritmo que es difícil de seguir.
Te sientas a esperar que los astros se alineen, que esa misma vida te dé un respiro y que todo fluya a la perfección.
Y entonces no haces nada.
Planificas, preparas y… no haces lo que tienes que hacer.
Entonces llega otro amigo y te demuestra la forma en la que hay que encarar esa misma vida que tú te dedicas a preparar, ajustar y planificar.
También se llama Iñigo, pero no es abogado.
Este es el Iñigo ingeniero, fanático de las motos y con las ideas muy claras.
Lo que viene ahora es una conversación real, transcrita directamente de iMessage:
David 8:37: Hey! El día X del Y estaremos por allí.
Iñigo 8:43: Apuntado!
Iñigo 8:44: Organizaré currar ahí el viernes y me cogeré un hotel para estar el sábado con vosotros.
David 8:45:
Iñigo 8:45: Dónde os quedáis?
David 8:45: En casa de «abogado guapo»
Iñigo 8:48: Hecho, ya tengo alojamiento reservado.
11 minutos después de haberle dicho que vamos, él ya tenía reservada una habitación de hotel y cambiado el día de trabajo de dentro de varios meses.
Las respuestas de Iñigo no fueron:
- Tengo que mirar el calendario…
- Es que tengo no sé qué…
- No sé si podré cuadrar…
- Veré si Natalia tiene…
No, la respuesta fue automática: vienen mis amigos este día, yo voy a Londres ese día.
Sí, somos muy buenos amigos desde hace décadas, pero él no responde así solo porque seamos nosotros.
Responde así porque su vida se mueve por acciones.
Por eso ha escalado de dependiente en una Apple Store a directivo en una gran empresa.
Porque lo tiene claro y actúa en consecuencia.
Si quisiera comprarse un Ferrari, su primera respuesta no sería «no tengo dinero».
Que creo que no tiene dinero para un Ferrari, aunque igual me equivoco.
Su primera respuesta sería:
«¿Cuál es el siguiente paso que tengo que dar para conseguir ese Ferrari?»
Y lo siguiente sería dar ese paso.
Iñigo, el de las motos, consigue lo que quiere porque hace lo que tiene que hacer para conseguirlo.
Tengo un newsletter en el que, cada día, envío un consejo vital como este.
Con algunos aprenderás una burrada, con otros actuarás enseguida y con otros no aprenderás nada pero te reirás.
En cualquier caso, te apuntas aquí:
¿Y para desapuntarte»
Primero apúntate y luego mira al pie del email.
Verás que es más fácil que apuntarte.
Si quieres dejar tu comentario, apúntate:
El newsletter que leen empresarios, abogadas, amos de casa, ingenieros y fruteros por igual
Cada día un email para inspirarte, ¿a qué? A vivir mejor, ser mejor, ganar mejor