Vamos a hablar de dos cosas que parecen ridículamente alejadas.
Cantidades obscenas de comida y redes sociales.
Aunque, si navegas por las profundidades de la depravación y lo raro de internet, te encontrarás que en realidad son dos cosas ridículamente cercanas.
Pero no te lo recomiendo.
Es sueño de todo adolescente ya saliendo de la adolescencia (aka veinteañero largo) al que las pizzas empiezan a hacerle mella.
Y el sueño húmedo de todas las empresas del mundo cuando ven a un tiktoker con 50 millones de seguidores en su cuenta.
Cuando Michael Phelps destrozó récords en sus primeras Olimpiadas, mis amigos y yo babeábamos pensando en poder meternos esas 12.000 calorías que comía él cada día.
Luego se descubrió que 12.000 era la cifra que se habían inventado en la prensa.
El propio Phelps dijo hace tiempo que eso era mentira, que en el instituto quizá había comido 8-10.000, pero solo mientras su cuerpo seguía creciendo.
Eh, que siguen siendo 5 veces las calorías que se come un adulto medio.
Y casi todas en forma de pasta, pizza y…
A lo que voy.
Phelps es de mi quinta, tenemos la misma edad, y eso me hacía soñar todavía más fuerte con comida basura a espuertas por prescripción facultativa.
Lo que mi mente adolescente no procesaba por aquel entonces, era que para poder comer una docena de huevos, dos kilos de pasta y siete pizzas, hace falta entrenar mucho.
Pero no el mucho que tienes en tu cabeza, MUCHO de verdad.
En concreto, el resto de horas del día que no estás comiendo.
Tu cuerpo será de 10, pero eso será lo único que hagas: comer, entrenar, cagar y dormir.
¿Ves ya la relación con las redes sociales?
El funcionamiento es exactamente el mismo.
Además de que, si tienes un cuerpo de 10, te será más fácil alcanzar tus objetivos.
Sobre todo si eres mujer o leñador y enseñas tu cuerpo mientras haces lo que sea que hagas.
La carne vende, baby.
Para soñar con conseguir una cuenta millonaria en redes sociales, tienes que empezar a pensar en términos de Phelps: entrenamientos abusivos, dedicación absoluta.
¿Y cuando la consigas?
Asumiendo que lo haces, y ya te digo yo que por mucha dedicación que pongas, también tienes que conseguir una conexión especial con el público que no depende de tu esfuerzo…
Tu tiempo de permanencia en el podio dependerá de cuánto puedas aguantar ese ritmo.
O de que la red de marras no decida cambiar algo en su interior y mandar tu triunfo a la mierda.
En serio, te lo estoy diciendo en serio.
No creo que ninguno de los streamers de moda hayan tenido vacaciones en la última década.
Crean…
contenido…
todos…
los…
días.
Y lo peor del circo, es que el contenido pertenece a la red social y los seguidores también.
Luego hay un fallo, como hubo en LinkedIn hace poco, y ves cómo diez años de esfuerzo se van a la mierda en un nanosegundo.
Las redes sociales molan, pero lo que hacen contigo no.
Por eso todos los empresarios y creadores de contenido de éxito crean páginas web paralelas a las que envían su tráfico.
Primero como respaldo «por si pasa algo».
Luego como negocio principal.
Tengo un newsletter en el que, cada día, te mando un consejo para que triunfes sin vender tu alma ni tener que comerte diez kilos de pollo al día.
Éxito y emprendimiento en internet para todos los públicos
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Y todos los leen día tras día.
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