No voy a andarme por las ramas.
Hoy te traigo una historia de mi hija que tiene tanto poder y me hace tanta gracia que no puedo no contártela.
Da igual que tengas 7, 20, 47 o 77 años, la historia tiene mucha miga y…, bueno, la gracia de esa inocencia que se tiene cuando todavía no vas por la vida hablando sin pensar en las consecuencias.
Aunque una cantidad alarmante de adultos que siguen hablando así.
El caso es que a mi hija le gusta Queen. Sí, a todo el mundo le gusta Queen, pero ella se ha enamorado de varias canciones. Entre ellas, de Somebody to love.
Así que escuchamos mucho esa canción últimamente. Espero que no lleguemos al punto de saturación al que hemos llegado con otras muchas canciones (como la denominada como la canción de papá, que nos tuvo un año entero dando vueltas y ahora nadie puede escuchar).
Cada vez que la ponemos, es imposible no cantarla.
No solo porque mis dos hijos vibran con la canción, sino porque… Coño, que hablamos de Queen, ya me entiendes.
Y hubo un trozo que hicimos sorprendentemente bien.
Así se lo dije a mi hija, orgulloso, de que había cogido el tono exacto de Freddy Mercury en una de las frases más agudas.
¿Qué hizo mi hija?
Ir henchida de orgullo a ver a su madre.
Y aquí viene lo gracioso.
Transcribo la conversación:
—¡Mamá! He cogido el tono de Freddy.
—Eso es muy difícil, cariño.
—No, mamá, para nada. Tienes que entender que en clase estoy siempre cantando.
—…
Se escuchan carcajadas por toda la casa y vienen a contármelo.
—Pero no en alto, ¿eh? A veces en bajito, a veces en la cabeza…
Escucha.
Fuera del hecho de que su orgullo destapó algo que ya sabíamos y que intentamos mejorar, esa historia encierra una lección que no se aplica el 90% de los adultos que conozco.
Cuando haces algo durante tantas horas, todos los días del año, se te da bien hacerlo.
Quizá sea mejorable, quizá no tenga la técnica perfecta, pero SABES hacerlo y, seguramente, sepas hacerlo muy bien.
Mejor que la gran mayoría de personas que ni siquiera lo hacen.
Por eso cada vez que algún compañero tuyo me escribe para pedirme que desmonte sus propias excusas para no emprender, pienso en mi hija y en lo fácil que lo ve ella.
Hay mil y un cosas que haces mejor que la mayoría de los seres humanos.
O que, si quieres verlo de otra forma, miles de personas querrían hacer/saber mejor.
¿Cómo encontrarlas y cómo ganar dinero con ellas?
Te lo cuento aquí:
Una forma de vivir mejor que hasta las amebas podrían aprovechar
Con esas dos herramientas (la lección de mi hija y esta) puedes profesionalizar cualquier cosa que se te dé bien y que te guste.
¿Te imaginas lo que es ganarte la vida haciendo algo que disfrutas?
No es algo solo al alcance del top de los escritores, actores, famosos y celebridades que conoces.
También está a tu alcance.
Una forma de vivir mejor que hasta las amebas podrían aprovechar
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