Hace muchos meses, una empresa me contrató para darles un repaso completo a su estrategia digital.
Web, SEO, copy… un combo todo en uno de esos que solo pagan las empresas que tienen presupuestos abultados y mucho que ganar.
El caso es que, al poco de pagar los tres meses que habíamos acordado, me llamó el CEO y me preguntó a ver si quería trabajar para ellos.
En nómina.
Jornada parcial, completa, lo que yo quisiera.
Obviamente ya sabes lo que le dije: NO WAY, MY FRIEND!
Así que me ofreció una cantidad de pasta imposible de rechazar por estar ahí para ellos todos los meses.
A veces más tiempo, a veces menos, pero no es un contrato asfixiante de esos de los que huyo.
Esto fue hace ya dos años.
Les pregunté que cuál había sido el disparador, el resultado que tanto había crecido como para que me pagasen todo ese dinero solo a mí.
La respuesta fue vaga.
No sabían con exactitud…
No tenían forma de medir…
Meses después les sonsaqué que la captación de clientes potenciales procedentes de la web estaba siendo 25 veces mayor que antes.
Supongo que no querían que les multiplicase por 25 mi precio.
Y no lo hice, pero sí cambié la forma en la que nos relacionábamos.
Otro día te lo cuento.
Lo más gracioso viene ahora.
Recibo un email del CEO diciéndome lo siguiente:
Esta herramienta es la ostia.
Y la ostia el crecimiento que estamos teniendo desde Mayo 🙂
Ya ves que tenemos muy buena relación y nuestros correos son muy, muy distendidos.
Y también puedes ver que cuando las cosas se hacen bien, los resultados llegan y los agradecimientos también.
Ahora sí que voy a subirles mi tarifa.
No porque sea baja para mí, sino porque ellos están percibiendo mucho más valor del que percibían hace un año.
Sobre estas claves para mejorar y montar páginas web, negocios y servicios por internet te hablo cada día antes de que desayunes:
Para que te rías y aprendas mientras desayunas
Una historia y un consejo todos los días.
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