El email de hoy es bastante personal.
Te lo digo para que hagas lo que creas conveniente.
Porque vamos a hablar de un gran hombre y de lo más importante que tenía que enseñar.
He tardado muchos años en entender cuál era ese mensaje.
Un mensaje que impregnaba cada palabra que salía de la boca de mi abuelo materno.
Por ponerte en situación, mi abuelo me sacaba exactamente 70 años. Nació en el año 1915 y, por gracia o por desgracia, en el año 1936 cumplió 21 años.
No sé si sabes lo que significa eso, pero te lo cuento.
Significa que era mayor de edad y tenía que hacer el servicio militar obligatorio…, justo el año que estalló la guerra civil.
No sé qué edad tienes tú.
Quizá hasta tengas menos de 21 (seguramente más), pero tengas la edad que tengas… imagínate que en esa época tan plena, con 20 años y toda la energía y vida que tienes dentro, te toca luchar en una guerra.
Viajemos ahora unos 70 años hacia delante.
Bueno, 70 no, porque mi abuelo murió antes de eso… Tú sígueme el rollo, serán 66 o 67, pero los redondeos están para algo.
Pues estaba hablando con mi abuelo Mariano (un buen nombre castellano, de los de antes) y él, entre risas, me decía cosas como:
- Yo también estudié en la universidad (risas), en la de Castellar de la Muela.
- A ese pobre italiano le quité el uniforme y le hice callarse, no quería matarlo.
- ¿La bomba? Si, claro, por eso tengo una rodilla con clavos y un oído sordo (risas).
- ¿Cómo me salvé? Fácil, chato, me cayeron los cuerpos de mis compañeros encima.
- En la guerra comimos de todo. Menos perro, a los perros no los tocamos.
Todo con una sonrisa pícara, sus ojos vibrando de energía y alegría y un vaso de vino.
Un vaso que tengo en casa y en el que me sirvo el poco vino que bebo.
Es feo, está desgastado, tiene marcas de cal y el vino sabe mejor.
Escucha.
Cuando escuchaba estas historias me hacían gracia. La forma en las que las contaba, su sonrisa, su…
Pero, ¿sabes qué? No tienen ninguna gracia.
Hablan de muerte, de dolor, de ruina, de despidos, de trapos sucios, de…
Así que la pregunta es, ¿cómo es posible que un hombre que vivió tanta miseria y que seguía leyendo una y otra vez sobre esa guerra tuviera una actitud tan positiva?
Precisamente por eso.
Si tenías un problema, una duda, un…, lo que fuera, su respuesta era siempre la misma:
Siempre adelante
No mires atrás, no mires más allá, mira a lo que tienes en frente.
Y cómete el j0dido mundo.
Cuando reventó la presión de tantos años en consultoría y lo dejé todo, mi abuelo ya no estaba. Hacía mucho tiempo que no estaba.
Pero si hubiera estado (además de bebernos un buen vino), me hubiera dicho que no pasaba nada, que siempre adelante.
Y es lo que hice.
Y gracias a eso, aprendí a escribir (dibujar con palabras, copywriting…), aprendí a montar páginas web, aprendí SEO… y aprendí a ganar dinero por mi cuenta.
Mucho dinero, para qué engañarnos. A veces me olvido de lo mucho que es, sobre todo comparándolo con la risión que me pagaban cuando trabajaba por cuenta ajena 50 semanas fuera de casa, 12 horas al día, fines de semanas incluidos.
Si volviera a empezar, no lo haría así.
No lo tiraría todo a la mierda y empezaría desde cero.
Empezaría a construir mi imperio por cuenta ajena, con una nómina fija.
Y cuando ese imperio diera tanto dinero como mi trabajo, entonces lo dejaría.
O no.
Hay quien, con esos 500 ó 1000€ extra al mes ya se siente satisfecho.
¿No te sentirías tú mejor con ese dinero de más cada mes?
Y lo mejor no es el dinero, es lo que viene después.
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