Hay algo que me hace desconfiar de un profesional y que no es del todo culpa suya, sino de los que le rodean.
Es algo que tiene el tufillo inconfundible del vendedor de humo, el falso gurú, el jeta, el caradura, el mentiroso, el…
Vale, vale, vale, paro ya, que he dicho que no es culpa del pobre susodicho y ya lo estoy poniendo morado.
O susodicha en este caso.
Te cuento.
El otro día escuché una charla de esta persona y me quedé con dos sensaciones muy fuertes.
La primera, es que la fama de crack que intentan ponerle no hace justicia a la realidad. Es más bien mediocre (y más cuando la comparas con auténticos cracks de su área que sí han demostrado lo que valen).
La segunda es que es sorprendente que alguien como yo, que no se dedica enteramente a lo que hace, sepa más que ella de su «área de experiencia».
Mira, no me gusta compararme con otros profesionales, normalmente porque creo que puedo aprender mucho de ellos, pero en este caso la comparativa se hacía sola.
Porque lo de esta persona era de manual básico mal aplicado, rodeado por un halo de misticismo que le han impuesto los que le rodean.
En casi todos los gremios se lleva eso del «corporativismo».
Si eres de los míos, molas. Si no eres de los míos, no existes o no molas.
Así que en ciertos círculos, permíteme la expresión, se lleva mucho eso de chuparse los culos unos a otros.
Que a veces son profesionales como una montaña de grandes, pero no voy a creer que fulanito o fulanita son unos cracks en lo suyo solo porque metas la palabra «crack» cada vez que hables de ellos.
Ni tú debes hacerlo.
Mira, hay un consejo para escritores que es increíblemente válido en este caso. Y no, no es ese de que huyas de los adverbios acabados en mente, que yo ya llevo 3 en este texto.
Es ese que dice «muestra, no lo cuentes».
No me digas que algo es súper necesario para mí, muéstramelo.
No me digas que lo que haces está demostrado que multiplica las ventas, dime cuántas ventas has generado o por cuánto las has multiplicado.
Dame ejemplos reales, ejemplos contrastados, del cambio de facturación que ha sufrido una web o un cliente por tu trabajo.
Yo puedo decirte que mi web de LEGO va mejor desde que le he cambiado los textos y la estructura. Que soy muy bueno en esas dos cosas y que son vitales para tu negocio.
Pero decírtelo no significa nada.
No debería significar nada para ti, porque, como te decía antes, debes desconfiar de todo el mundo por internet. Incluido yo.
Pero también puedo decirte que en un año he aumentado el tráfico de esa web un 64,18%.
O que he aumentado su facturación directa un 897% respecto al año pasado.
Y para terminar de darte perspectiva, te diré que la facturación de este mes es de 404€ (para que ese 900% tenga sentido para ti).
Solo por decirte que algo es bueno, no deberías creer que es bueno.
Mi peor mes del año, ese mes de junio, fatídico y horrible para mí, en el que estuve semanas sin poder trabajar, mis webs de afiliación trajeron 1.031,9€ a mi mesa.
Para eso es para lo que las tengo, para que me den soporte.
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