Hay una frase mágica y universal para exculpar todos los pecados de uno mismo.
Una frase que toma multitud de formas, pero que significa una única cosa: «¿ves?, tú podías y yo no».
La excusa perfecta, la leña ideal para alimentar la hoguera de las disonancias cognitivas en las que se enfrentan creencias y realidades.
Si hoy no tienes tiempo…
Deja de echarle la culpa a la suerte y ponte a construir la tuya.
Porque los resultados, el dinero y la satisfacción llegan con trabajo y estrategia
No caen del cielo por arte de magia
Es una frase que se oye cuando, por ejemplo, en una cena con amigos alguien empieza a quejarse de sus horarios, de su trabajo, de su jefe…
Tú, que trabajas en casa, no tienes jefe, ni horarios, disfrutas con lo que haces y sales a pasear a media mañana cada día, no dices nada (porque no tienes nada que decir), pero alguien se gira con dedo acusador y te señala.
Es ahí, cuando el grupo centra su atención en la anomalía que no tiene quejas y dicen la frase.
Ayer compartí una imagen de los nuevos sets de LEGO que me han llegado para montar y reseñar para mi (otro) canal de YouTube. Entre los muchos comentarios que me dejaron mis seguidores, uno llamó mi atención con fuerza irresistible.
LA frase.
«Suerte la tuya»
Esa frase se disfraza con muchos trajes:
- Es que él tiene talento
- Ya pero él…
- Nah, déjalo, él puede…
- Es que sus padres…
- Es que sus contactos…
- Es que su…
Y cualquier versión que se te haya ocurrido a ti.
«Suerte» o «talento» son formas simplistas y cómodas de reducir el esfuerzo, sufrimiento, capacidad y trabajo que han llevado a alguien a ser como es.
Como un artista tiene talento y yo no, él puede tocar la guitarra, el piano o la batería y yo no.
Nada tienen que ver los diez años de práctica, ocho horas al día, sacrificando vacaciones, fiestas, amistades, relaciones…
La suerte es la que hace que alguien pueda gastarse 10.000€ en LEGO cada año.
Los quince años de crecimiento personal, de buscar formas de hacer algo que le gusta, de trabajar sin descanso, de sacrificios, de noches sin dormir, de coaches, de psicólogos, de dinero invertido, de fracasos, de…
No, eso no importa, como ha tenido suerte, él puede y yo no.
Mira, no voy a decirte eso de «si quieres, puedes», porque es una mentira más grande que la suerte o el talento.
Lo que sí voy a decirte es que si no lo intentas, si no te esfuerzas y si sigues pensando que los demás tienen algo especial que tú no tienes, entonces seguro que NO vas a poder.
Hace unos años me parecía increíble que hubiera alguien a quien que le seguían miles de personas. Así que empecé a crear contenido, a hablar con el mundo.
Hoy me leen, me escuchan y me ven más de un millón de personas cada año.
¿Suerte?
¿O trabajo, estrategia y constancia?
No le eches la culpa al talento o a la suerte, cuando a ti no te lee ni el tato.
Póntelo como objetivo (eso o cualquier otra cosa), diseña una estrategia y ponte a trabajar.
Verás como los resultados empiezan a llegar y, quién sabe, si terminarán siendo uno, dos o diez millones.
Aunque la audiencia por la audiencia no sirve de nada.
Necesitas tener un plan detrás para capturar, retener y convertir ese valor humano en un beneficio.
Y eso es justo lo que te cuento en este curso que está a precio reducido mientras termino de ultimar detalles:
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