¿Cuántos años tragando mierda estaríais dispuestos a aguantar en una empresa para, algún día, romper la barrera de los 60k?
Esa es la pregunta que hacía el otro día un tipo en Twitter.
Y poco después matizaba que «los que hayan estado en banca, consultoría, etc. entienden lo que es tragar mierda».
No me avergüenza decir que fui joven, idiota y, como no sabía lo que quería, dejé que fueran otros los que pusieran la bandera donde les dio la gana. Así que estuve tragando mierda durante cinco años.
Bueno, en realidad sí que me avergüenza decirlo. Se supone que soy un tipo listo y me jode haber tardado 49 meses en darme cuenta de que eso de trabajar no debería suponer tragar mierda.
La cosa está en cómo nos han enseñado que funciona el mundo versus cómo funciona en realidad.
Y no, no me refiero a que persigas tus sueños, a que dejes de esperar a que otros te digan lo que tienes que hacer o a que confíes en que tu valía por sí sola te traerá el pan a la mesa.
Voy a la pregunta con la que abría el correo.
¿Cuánta mierda tienes que tragar para ganar…?
¿Por qué se supone que tenemos que tragar mierda?
Esto no va de cuánto puedes llegar a ganar, amigo mío.
Esto va de que ganes lo que ganes lo hagas sin tragar nada que vaya a perjudicar el resto de tu vida.
Porque la meta para ti, para mí y para cualquier otro es la misma: el cementerio. Unos llegan antes, otros llegan después, pero todos acabamos allí.
El objetivo está en disfrutar del camino que sea que tengamos para recorrer, consiguiendo lo máximo que podamos conseguir sin hacer que nuestro paseo sea peor.
Si estás tragando mierda ahora mismo, no deberías pensar en cuánto quieres ganar, sino en cómo narices vas a dejar de tragarla.
Para que no te pase como a un suscriptor, que me escribió hace poco diciendo que acababa de jubilarse y que por fin podía disfrutar del 80% de su tiempo.
Yo disfruto convirtiendo aficiones en profesiones y cogiendo proyectos tradicionales de otras personas y trasladándolos al mundo online.
Y disfruto cada vez que un suscriptor me da las gracias o me dice que le he abierto los ojos a un mundo nuevo.
Por eso hago cursos como este.
¿De qué disfrutas tú?
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