Un señor acaba de enseñarme en LinkedIn cómo recrear la intro de Netflix gastándome solo 30$ en lana.
¡Por todos los dioses del Olimpo!
Qué crack es este señor, que imita los resultados de grandes agencias creativas, con presupuestos desorbitados, tan solo con el poder de su ingenio y un poco de lana.
¡El pueblo al poder!
No hace falta ser rico para hacer cosas espec…
Echa el freno, melón.
Hay dos trucos en esta historia, igual que en casi todas las historias de éxitos que ves por internet, que pasan desapercibidos y son los más importantes.
Son los que desmontan el mito del éxito rápido y fulgurante de un tío en su casa con unas madejas de lana.
Primero: la creatividad.
No necesitas ser el más creativo de tu ciudad para ganarte la vida. Pero tampoco necesitas venderle al mundo que lo eres.
Este señor no ha hecho el trabajo de ninguna agencia, porque no ha inventado nada: solo ha cambiado la forma de ejecutarlo.
La intro ya está pensada, diseñada y hecha.
Segundo: los recursos que ha usado.
Vende muchísimo decir que con 30$ puedes copiar una campaña que vale millones. Pero con esos 30$ solo compras la lana.
El señor del vídeo, como bien nos muestra, tiene en casa:
- Un estudio enorme en el que preparar las lanas y cartones, con varias mesas bien grandes.
- Un equipo de iluminación profesional
- Una mesa de trabajo con dispositivos mecánicos para animar las lanas
- Varias cámaras de vídeo de esas que no valen unos pocos cientos.
- Soportes y demás material
Y además confiesa que tardó al menos 3 días en preparar la lana.
Más lo que tardase en preparar el setup, montar y editar el vídeo…
No sé tú, pero a mí me salen ya unos cuantos euros más que 30.
Y que 3.000.
Posiblemente más de 30.000€.
Igual que los éxitos que ves por internet de gente que gana mucho dinero online.
Te hablan del coste y el esfuerzo que les supone ahora ganarlo, pero no de todo lo que les ha costado llegar hasta ahí.
Porque el tiempo también es dinero, y para esta profesión necesitas invertir mucho, mucho tiempo en escribir, aprender y mejorar.
Por eso la formación es tan importante: porque ahorra tiempo.
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