Desde que cruzas la puerta de entrada al parque de Disney queda claro que los usuarios, las personas, les importan una mierda.
Hoy vamos a hablar de experiencia de usuario o, mejor dicho, de cómo pervertirla para exprimir euros a cascoporro.
Y por qué eso lo puede hacer Disney, pero tú no.
No sé si has estado o vas a estar en el parque. Si ya has estado, sabrás de lo que hablo. Si vas a estar… Prepárate.
Excitación, nerviosismo e ilusión se mezclan en on cóctel lleno de… personas. De muchas personas.
Bajas del autobús lanzadera que une el hotel ese tan chulo en el que vas a dormir, caminas dos pasos y… ¡Oh Dios! Un sol de justicia taladra tu cabeza.
Miras a tu alrededor, buscando dónde refugiarte, y no logras entender por qué cada árbol, cada seto, cada tejado de cada parada de autobús proporcionan exactamente la cantidad de sombra que necesitaría una placa solar para alimentar tu casa sin descanso durante años.
Es decir: cero.
Quizá solo sea un truco para empujar a la gente a avanzar hacia el parque.
Así que coges a tus hijos y corres hacia el parque. Cruzas las colas de entrada, caminas el largo trecho que las separa del parque de verdad y…
¿Dónde está mi sombra?
El parque está diseñado para que ni las colas de espera tengan un ápice de descanso del infernal sol que aprieta aquí a los franceses.
¿Por qué? ¿Por qué quieren hacernos esto?
Supongo que los arquitectos, ingenieros y demás personas inteligentes que diseñaron el parque hace 30 años fueron gente muy competente.
Supongo que la gente que se encarga del parque ahora es gente inteligente.
Y por eso mismo sé que las sombras no existen por un motivo muy sencillo: mi dinero.
Que no haya sombra te empuja a entrar en los únicos locales que tienen sombra y aire acondicionado: las tiendas y restaurantes.
Que no haya sombra te empuja a consumir bebidas: que cuestan un ojo de la cara.
Que no haya sombra refleja con claridad pasmosa el verdadero objetivo del parque de Disneyland Paris.
¿Llevar la ilusión y la magia de Disney a los corazones de niños y mayores?
NO.
Llevar el dinero de los bolsillos de los mayores ilusionados a las grandes arcas del reino de Disneyland Paris.
Como usuario, no puedo más que untarme en crema y proteger a mis hijos del sol.
Como experto en diseño y estrategia web, me quito el sombrero ante un trabajo tan bien hecho.
Si Disneyland fuera una web, la experiencia de los usuarios está perfectamente diseñada para alcanzar sus objetivos. Para guiarlos a través del camino que tienen preparado para ellos y obtener el máximo beneficio.
Sobre cómo conseguir que la experiencia de tus usuarios sea la que necesitas hablo cada día en mi lista de suscripción.
Consejos gratis para que logres que tu objetivo de negocio, tu objetivo como profesional, debe impregnar cada parte de tu web.
¿Cómo puedes recibir esos consejos? Apuntándote aquí:
Experiencias como las sombras en Disney
Solo que eso de putear a tus usuarios es un lujo que solo se lo pueden permitir grandes como Disney, que vendería cualquier cosa en cualquier entonro y bajo cualquier circunstancia sin resentir sus ventas.
Porque aunque tú y yo nos quememos en sus parques, los niños seguirán viviendo ilusionados la magia de Disney.
Si quieres dejar tu comentario, apúntate:
El newsletter que leen empresarios, abogadas, amos de casa, ingenieros y fruteros por igual
Cada día un email para inspirarte, ¿a qué? A vivir mejor, ser mejor, ganar mejor