Lo más fascinante de este mundo es estudiar al propio ser humano.
Cómo se comporta, cómo toma decisiones, cómo se traiciona a sí mismo…
Y cómo regala.
Cuando llega tu cumpleaños, Navidad oo alguna otra fecha señalada en la que la gente suele hacer regalos, te das cuenta de que exsiten 3 tipos de personas regalando.
Tres tipos de persona según en quién están pensando cuando hacen esos regalos.
Y un subtipo que bien podría convertirse en el cuarto regalador.
1. El que no piensa
Empecemos por el tipo más sencillo.
El tipo que quiere cumplir con el protocolo, no tiene ni idea de lo que hace, pero cree que tiene que hacerlo.
Compra lo primero que pilla y lo envuelve.
Un regalo genérico que podría valerle igual a tu suegra, a tu padre, a tu mejor amigo o a tu perro.
2. El que piensa en sí mismo
¿No te has fijado que hay gente que cuando regala algo en el fondo se lo está regalando a sí mismo?
Es el que regala entradas de fútbol porque él adora el fútbol.
O el que descubre una nueva afición y decide que todo su entorno también debe disfrutar con esa afición.
No lo hace con mala intención, porque no sabe lo que es la empatía.
3. El que piensa en ti
Este es el tipo que acierta seguro, porque la base de su regalo es encontrar algo que te guste a ti y solo a ti.
Ese que ve un libro y piensa en ti, aunque él nunca fuera a leerlo.
O el que te compra algo que él odia, pero que sabe que tú vas a disfrutar como un enano.
4. El perfeccionista
Y por último tenemos a mi regalador favorito.
A esa persona que solo regala si encuentra el regalo perfecto para ti. Que no se conforma con los regalos genéricos o con los que van a pasar sin pena ni gloria.
Alguien que no tiene por qué comprarte nada por tu cumpleaños, pero que llega un martes cualquiera con una sonrisa en los labios y un regalo entre las manos.
Porque cuando lo encuentra, no puede contenerse.
«¿Te han regalado alguna mierda este cumpleaños y querías desahogarte?»
Te equivocas, amigo entrecomillado.
Es porque el audio rompedor del que te estoy hablando últimamente nació como un regalo.
Un regalo egoísta, un regalo pensando en mí, no en la persona que lo iba a recibir.
Porque con la experiencia acumulada de la última década, quería abrirle los ojos a una de las personas que más quiero en el mundo.
Quería que viera que hay una forma de que aumente sus ingresos sin tener que ir más tiempo a trabajar.
Que puede aprovechar lo que ya sabe y lo que ya tiene para hacerse de oro.
Y que no le costaría nada hacerlo:
Hecho es mejor que perfecto – cómo vivir de infoproductos (47€)
Porque yo tuve que hacer crecer una comunidad desde cero y aprender habilidades nuevas para sacarme el primer curso de la chistera.
Y ella ya tiene todo a su favor.
La comunidad, la audiencia, el interés y la experiencia indiscutible para hacer lo que quiera con ella.
Y la gente pagará sin dudarlo por conseguir esa experiencia.
¿Cómo?
Como le cuento aquí:
Hecho es mejor que perfecto – cómo vivir de infoproductos (47€)
Cuando lo haga, cuando se siente a aplicarlo todo, dejará cualquier cifra que pueda decirte como ridícula.
Porque lo va a petar.
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