Ayer hablaba con mi buen amigo Mattia sobre el despilfarro de dinero de los masters.
Sobre esa psicosis colectiva que te empuja a tener más y más títulos y que empuja a los demás a ver lo larga que la tienes.
La lista de títulos, claro.
Me decía que últimamente se está encontrando con muchos clientes que antes siquiera de firmar el contrato, le están pidiendo el curriculum vitae de todos los que van a participar en el proyecto.
Nos reímos mucho.
Él desesperado por tener que enfrentarse a esos clientes.
Yo porque cada vez creo menos en los títulos.
Un master de expertos en el mundo digital te dirá que vayas a las redes sociales con un plan de contenido mega ambicioso.
Con una línea editorial rompedora.
Y docenas de posts por semana.
Te llevarán al antiguo community manager de la Policía para deslumbrarte con su forma de convertir @policia en el Twitter de cuerpos de segurirdad más importante del mundo.
Referente hasta para los americanos.
Lo que no te dirá en esa sesión es que durante ese periodo vivía pegado a Twitter 24×7, se ganó unas cuantas enemistades muy poderosas y hasta se vio involucrado en alguna que otra demanda.
Te enseñarán casos de éxito que lo han petado.
Empresas con productos que parecen de broma y que ahora facturan millones y que lo consiguieron todo gracias a las redes y a su insistencia en conseguir lo mejor.
Lo que tampoco te enseñarán son los cadáveres.
Las decenas de miles de personas que ponen sus esperanzas en las redes sociales y tarde o temprano se dan cuenta de que por ahí no van bien.
O sí que lo iban, pero la red ha decidido que su contenido ya no les motiva y dejan de exponer sus publicaciones.
O le cierran la cuenta.
Lo sé, porque ya he hecho ese master.
Y durante los 8 años siguientes he ido viendo emprendedores y profesionales cayendo desde su montaña de seguidores.
Porque no tenían una estrategia real bien definida.
Porque no se sentaban en un trono sólido, en un reino que fuera suyo.
Los reinos prestados funcionan un tiempo, pero terminan echándote de allí.
La mejor y única estrategia para sobrevivir a una red social con garantías, es tener tu reino propio.
Un lugar del que nadie te pueda echar y sobre el que tú tengas todo el control.
Incluso el económico.
En el que el máximo porcentaje que pierdas sea un 1-2% de la pasarela de pago.
No una mordida del 30-50%.
Es sobre cómo conseguir poder en tu reino sobre lo que te hablo todos los días en mi newsletter.
Un email cada mañana para contarte cómo crearlo, expandirlo y explotarlo al máximo.
Para trabajar sin que te exploten a ti
Día que no estás, consejo que te pierdes.
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