¿Hace cuánto que no vas a una feria?
Atracciones de camión, algodón de azúcar, vasos grandes con patatas fritas y ketchup y música que no escucharías en otro lugar (y en otra época) sonando a todo trapo.
Pues déjame decirte algo.
Si hoy no tienes tiempo…
No te obsesiones con el cómo, sino con el qué quieres conseguir.
En 54 minutos te enseño por qué y cómo se pueden conseguir cosas muy grandes si lo haces.
Y ganar mucho dinero en el proceso.
Hace 25 años la feria era lo más de lo más para mí. Las fiestas del pueblo, las de San Fermín (que por algo soy de Pamplona)…
Tus padres te dejaban algo de dinero, te dejaban rienda suelta y todo parecía diferente.
Diversión por un tubo en atracciones de dudosa calidad, pero efectivas y eficientes.
Resulta que, a pesar de que eso sucedía a finales de los años 90, las atracciones, los feriantes y los puestos de las ferias no han cambiado un ápice desde entonces.
Y, por lo que pude escuchar ayer, tampoco lo ha hecho la música.
Porque King África ya pasó de moda con su ¡Booooooomba! hace varias décadas.
Sigue siendo igual de divertido, mucho más para los niños, para los nuevos adolescentes, que vuelven a vivir esa libertad y diversión con dinero prestado en sus propias carnes.
Y aquí nadie ha reinventado la rueda, ni ha aplicado tecnologías hiperavanzadas del siglo XXVII. Tan solo el mismo ingenio y la misma maquinaria que hace 10, 20, 30 ó 40 años.
La mayoría de la gente suele obsesionarse con diseñar soluciones avanzadas a problemas complejos, utilizar nuevas tecnologías que no existen o pensar en que tienen que deslumbrar al mundo con algo que no ha visto nunca.
Eso nos lleva a obsesionarnos con el proceso, con la solución en sí, en lugar de hacerlo con lo que importa.
Y lo que importa, amigo lector, es resolver un problema. El cómo es lo de menos, siempre que consigas resolverlo.
Una feria es el ejemplo perfecto de cómo resolver un problema haciendo lo mismo de siempre funciona igual de bien que hacerlo con novedad e innovación.
No lo digo por decir.
Hace un par de meses asesoré a un emprendedor que tenía una idea muy buena, pero estaba frustrado porque ya había soluciones parecidas, no era disruptivo y rompedor.
Spoiler: le va muy bien ahora que no busca ser el único, ni el más especial, sino aportar un valor distinto, con un enfoque ligeramente distinto.
Tengo un audio que te puede interesar si estás atascado, si quieres emprender algo por tu cuenta y no sabes cómo y, sobre todo, si crees que no tienes nada que aportar.
En 54 minutos te desgrano una década de proyectos, 7 fracasos y una hoja de ruta de 7 puntos que evitará que la cagues tanto como la cagué yo cuando intentaba descubrir el secreto del éxito digital.
Hecho es mejor que perfecto: vivir de tus propios conocimientos
Un secreto gritado tan a voces que, si nadie te lo grita mientras miras, es muy difícil que lo descubras.
Mira que no soy especialmente tonto y a mí me costó 7 años descubrirlo.
Hecho es mejor que perfecto: vivir de tus propios conocimientos
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