Hay un reportaje en Disney Plus que me puso los pelos como escarpias.
Te cuento de qué va y decides si es para ti o no.
Y te cuento también por qué es la metáfora imperfecta de lo que es ser emprendedor.
Escucha, en la universidad tuve un compañero con el que monté un negocio, jugué a cartas Magic, hice todas las prácticas de la carrera, me emborraché e hice algo que nunca pensé que haría:
Escalar.
Desde los 18 hasta los 23 nos dedicamos a escalar en interiores y exteriores. Navarra tiene unas montañas con vías para escaladores que son espectaculares.
Un deporte increíble, lleno de adrenalina, autosuperación, vistas espectaculares, buitres sobrevolándote la cabeza (con lo que eso supone…), descensos de infarto y… riesgo.
El caso es que, mientras nosotros hacíamos este tipo de vías y escalábamos con cuerdas, arneses y la máxima seguridad posible, había otro chaval de nuestra misma edad haciendo cosas… imposibles en la otra punta del mundo.
Su nombre es Alex Honnold, nació el mismo año que nosotros y es el mejor escalador sin cuerda que hay ahora mismo sobre la faz de la Tierra.
Y ese es el documental que vi ayer: Free Solo.
Una historia de cómo este hombre escaló sin cuerdas ni ayudas una pared vertical de más de 900 metros de alto en 3 horas y 56 minutos.
Repito: sin cuerda.
Un fallo, un desliz, un mal agarre, un temblor en un tendón sobrecalentado y te vas, literalmente, a la mierda.
Ni con pala te recogen.
Lo que me gustó del reportaje es que analizan el cerebro de Alex.
¿Cómo alguien es capaz de enfrentarse a algo así sin flaquear?
Aunque, bueno, como se ve en el documental, sí que flaquea.
Al final es humano.
Pero el tema es ese: cuanta más adrenalina absorbe y más retos increíbles supera, más le cuesta encontrar el estímulo que desborde su amígdala (la del cerebro, no la de la garganta).
Y eso es lo que nos intentan meter por el gaznate día tras día en redes sociales, medios, televisión y demás.
El mensaje es que emprender es una batalla a vida o muerte.
Estás solo ante el peligro.
Solo unos pocos locos emprenden.
Es mejor trabajar para los sueños de otro a arriesgarse.
Porque si te caes te mueres.
Escucha con atención.
Ojos bien abiertos.
Emprender no es un deporte solitario.
Somos muchos en esto y cuando ya hay gente recorriendo el camino, puedes aprovecharte de la experiencia de los demás para seguir subiendo.
Y si te tropiezas, no encuentras el siguiente agarreo sientes que te caes, no te preocupes.
Nunca caes hasta el suelo y, aunque lo hagas, no acabarás como la sopa de tomate que sería Alex Honnold cayéndose desde la cima de El Capitán.
Podrás levantarte, mirar qué salió mal, aprender, crecer y seguir adelante con unas garantías de éxito mucho mayores.
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Abrí mi primera newsletter el 3 de septiembre de 2015.
Y abrí 4 más en los años siguientes.
Hasta esta.
Por eso estoy escribiendo todo lo que he aprendido en este camino de 8 años.
El mejor modelo de negocio que he probado (y he probado casi todos), el más rentable, el más escalable y el más seguro.
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Hagas lo que hagas, solo podrás ganar.
En experiencia, en audiencia, en capacidad de redacción, en autoridad, en…
Porque no caerás al vacío como hará Alex Honnold un día de estos.
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