Hay un tipo de persona que podríamos llamar Kirby.
Sí, como el videojuego de Nintendo, ese al que jugábamos hace… Madre mía, 31 años.
Vale, quizá merezca la pena invertir un par de frases en describir a Kirby, para que sepas de qué tipo de personas estoy hablando.
Porque seguro que conoces a más de uno.
Quizá incluso tú seas un Kirby en potencia.
El caso es que Kirby, como todos los personajes de Nintendo, es un bichito muy simpático que, en realidad, es un destructor de mundos.
Atiende, que lo importante no es lo que aparenta, sino lo que hace.
El poder de Kirby es que puede absorber cualquier cosa.
O persona.
Abre la boca, aspira, entra un coche, un camión o un cocodrilo, y luego adquiere sus poderes.
Los Kirby son personas que no aceptan la ayuda de nadie y creen que saben de absolutamente todo.
Tienen un problema médico, abren Google y «estudian» medicina por su cuenta.
O tiran de los recuerdos de una conversación que tuvieron hace años…
O una serie de televisión que vieron…
(Esperemos que no sea grave)
Tienen un problema legal, leen cuatro cosas y ya saben más que un abogado.
(Y así les va)
Necesitan vender una casa o repartir un dinero con los máximos beneficios, leen cuatro cosas y…
Y pierden muchísimo dinero, porque ni siquiera saben que hay mejores formas de hacer las cosas.
Pero no les ofrezcas consejo o formación especializada.
Para un Kirby lo importante no es saber resolver esos problemas (al menos bien).
Lo importante es sentirse bien porque lo han hecho ellos solitos.
Y así les va.
«Parece que lo dices por experiencia, David».
Por supuesto, amigo entrecomillado.
No solo porque tengo gente muy cercana que son Kirbys nivel experto, sino porque es la forma en la que construí el negocio que me rodea durante los primeros 5 años.
Mi cueva y yo.
Yo y mi cueva.
¿Y sabes por qué te lo cuento?
Porque el año en que salí de la cueva y empecé a buscar a los tipos que más sabían de cada tema y a exprimir sus conocimientos (a cambio de un buen dinero), las cosas empezaron a ir mucho mejor.
Vale, sí, y porque trabajé mi propia mentalidad al respecto, pero eso es otro tema del que te hablaré dentro de muy, muy poco.
El tema está en que te preguntes a ti mismo si quieres ser un Kirby que absorbe la basura que pilla, sin llegar a profundizar en nada.
O quieres aprender de los mejores y llegar a los mismos sitios que llegan ellos.
O más allá.
Esta es la forma en la que empecé mi negocio hace varios años.
Y es la forma que, todavía hoy, me genera varios miles de euros al año.
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