El Doctor House tenía razón y todo el mundo miente.
Pero lo que es peor no es que todo el mundo mienta, es que todo el mundo asume que mentirás.
Esta historia tuvo lugar en el año 2018, en abril para ser más exactos.
Los protagonistas son una versión de mí 10 kilos más gorda y un endocrino.
(Endocrino: médico que, entre otras cosas, hace dietas).
Con una alergia acongojante a la proteína de la leche de vaca (y de cabra, oveja, burra…) y un perímetro abdominal demasiado abultado, es complicado encontrar una dieta, así que fuimos a ver a este doctor.
¿Que cómo se llamaba? Ni idea, la verdad.
El caso es que, además de pesarme, medirme y decirme que estaba gordo, me planteó una dieta (que todavía hoy sigo usando de vez en cuando) para perder peso.
El plan de la dieta era comer verdura todos los días menos dos, que podía comer pasta o legumbres.
Así que me convertí en la vaca Lola y me puse a comer hierba como si no hubiera un mañana.
Un mes después, fui a revisión orgulloso de mis casi 8 kilos perdidos.
Y el endocrino flipó en colores.
«¿Por qué? ¿Por hacer lo que tenías que hacer?»
Precisamente, amigo entrecomillado, precisamente por eso.
Me dijo que su plan era que perdiera un 10% (aprox esos 8 kilos) en un plazo de dos o tres meses.
Que lo normal era perder 3 ó 4 kilos y que era increíble que hubiera perdido tantos.
Nos miramos.
Él con sincera admiración.
Yo con incomprensión absoluta.
—¿No se supone que tenía que comer 5 días verdura y 2 pasta o legumbres?
—Ah, pero… ¿también has hecho la dieta en fin de semana?
¡C0jones en vinagre!
¿Cómo que si había hecho la dieta en fin de semana?
Las instrucciones fueron: esta es tu dieta, comes esto, cenas esto y punto pelota.
No había un asterisco que dijera «el sábado y el domingo come lo que te salga de las narices».
Y así se lo dije al buen hombre.
—Daba por hecho que no lo harías en fin de semana. Nadie cumple las dietas en fin de semana.
Escucha.
La gente asume que hacemos trampa, que no nos comprometemos y que las normas son algo así como sugerencias que no tienes por qué seguir.
El esfuerzo es para los demás, para los Rafa Nadal y los Cristiano Ronaldo, pero no para mí.
Y las dietas son cosas que te imponen otros, no algo que tú quieres hacer para sentirte bien contigo mismo o estar más sano.
Así que te pregunto a ti: ¿de verdad crees que no se puede triunfar en esta vida?
Basta con que salgas ahí fuera y hagas lo que nadie más hace.
¿Y qué es eso?
Comprometerte con tu objetivo.
Si quieres te cuento cuál fue el mío.
No volver nunca a trabajar para nadie que solo quisiera de mí obediencia ciega y el 80% de mi tiempo de vida.
Para gente que no valora al ser humano que hay detrás y solo valora la cuenta de resultados.
Que si puede sacarte 10 al precio de 8 y pagarte 6, mejor que mejor.
Y la mejor forma que encontré para perseguir ese objetivo fue esta:
Cómo ganar un sueldo extra por internet
Todavía hoy me sigue rindiendo extremadamente bien.
Cada vez que descubro una nueva afición o monto un nuevo negocio, veo la forma en la que puedo explotar este método al máximo.
¿Cómo te crees que he pagado una colección de LEGO de más de veinte mil euros en 3 años?
De mi bolsillo solo han salido dos mil.
El resto ha salido de aquí:
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Es lo que he llamado la dieta del talego: come mucho y compra LEGO.
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