¿Cómo tienes invertido tu dinero?
Ya sabes: a qué dedicas el excedente, cómo consigues tener ese excedente, cómo lo diversificas, dónde, para qué…
La mayoría de la gente sabe responder a alguna de esas preguntas, aunque todavía hay mucha incultura financiera por el mundo. La gente sabe que tiene que conseguir dinero de su dinero, porque sabe que en algún momento lo va a necesitar, o porque quiere tener más, o porque entienden el esquema Ponzi que son los planes de pensiones.
El dinero es una inquietud constante en la vida de las personas, una que nos genera preguntas constantes.
Si hoy no tienes tiempo…
Solo hay una inversión que merezca la pena y no se financia con dinero.
Una inversión que te puede llevar a ganar dinero líquido cada mes
(Y sí, esa inversión es la que supones)
Pero, ¿qué pasa contigo?
En todas las familias se cuecen habas y, por desgracia, la mayoría crecemos con unas cuantas taras interiores. Heridas, traumas…, o simplemente mierdas que arrastramos.
Si le preguntas a alguien qué es lo que hace con su dinero, te pueden decir que invierten en esto, en aquello…, o que van a invertir en esto o en aquello.
Y también te pueden decir que todavía no lo saben, pero que son conscientes de que tienen que hacer algo con su dinero.
Si les preguntas cómo están trabajando su desarrollo personal, su mentalidad o su salud emocional, ¿sabes qué es lo que te dicen?
Te invito a hacer la prueba con la gente de tu entorno.
Lo primero de lo que mucha gente se da cuenta es de lo incómodo que resulta sacar estos temas o pensarlos siquiera.
Lo segundo es que solemos anticipar la forma en la que los demás nos van a juzgar, porque seguramente nosotros ya hayamos juzgado (o sido juzgados) por algo similar.
Lo tercero es que no vas a obtener una respuesta seria o sincera en la mayoría de las ocasiones.
Porque mirar hacia dentro es muy incómodo.
Quizá descubras que odias tu trabajo.
O los planes que haces con tus amigos los fines de semana.
O…
Lo que pasa es que las cosas malas no desaparecen por no pensar en ellas y hay otro tema mucho más importante.
Y es que, si miras para dentro, puedes encontrar lo que te gusta de verdad.
Quizá no es que odies tu trabajo, es que lo que te motiva es otra cosa diferente.
O que tus aficiones van en una línea muy distinta de la que siguen tus colegas.
Porque la única inversión que merece la pena es en uno mismo.
Porque cada año que le ganas al calendario, es un año que vas a disfrutar más y no menos.
Como todas las inversiones, va y viene.
Esta una gráfica de mi inversión:
- Con 29 la cartera en negativo, tantas deudas que sufrí un embargo
- Con 31 empezó a despegar
- Con 33 parecía que iba viento en popa
- Con 34 se desplomó y se mantuvo en negativo durante dos años más
- Con 37 el interés compuesto hizo su efecto
- Con 38 ninguna oscilación hace que esta inversión baje a zonas negativas.
¿Es entonces casualidad que esta newsletter naciera entre el punto 4 y el punto 5?
No.
Porque, aunque los emails que te envío son importantes, la clave está en eso que se llama marca personal.
Una forma cool de hablar de que has sufrido un desarrollo personal suficiente como para creer en ti y proyectarlo hacia los demás.
¿Cómo?
Te lo cuento aquí:
¿En qué se parecen Star Wars y ganar dinero por ser quien eres mandando emails?
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