El ser humano es un animal que me maravilla.
Es capaz de tropezar siete veces con la misma piedra, romperse la pierna, perderla por la gangrena y echarle la culpa a un tipo que no conoce, al que no ha visto en su vida, solo porque…
Porque sí.
La afrenta tan brutal de no haberme acordado ayer de que el otro tipo que participa en estas elecciones se llama Feijoó, sumado a dos luces encendidas capaces de saber que cuando alguien dice cosas distintas en días distintos solo para contentar al público lo que es es un mentiroso…
(Y que si lo hace continuamente es un buen político)
Ha resultado en uno de los correos más divertidos que he recibido en semanas.
Si lo llego a saber hablo más de política por aquí.
El caso es que Diego, al que mando un cariñoso saludo desde aquí, se cabreó mucho por el correo de ayer y me escribió esto:
PALABRAS FUERTES QUE SOLO ENVIO EN LA NEWSLETTER
Estás tan roto por dentro, amigo Diego, que no puedo más que desearte mucho amor y cariño.
Lo necesitas.
Diría que todavía no tienes edad de votar, pero la gente pierde coeficiente intelectual por docenas cuando se tratan temas de política, así que podrías tener cuarenta, cincuenta o ciento sesenta años.
Lo mismo da.
Lo que sí quería decirte es que uno no llega a ganar más que el 95% de la población cuando está más preocupado de los nombres de los politicuchos que nos gobiernan y las cortinas de humo que usan para enfrentarnos.
(Esos politicuchos que hacen que el poder adquisitivo y los sueldos de este país sean tan vergonzosos como para que mi sueldo esté en el top 1%)
Uno llega a ganar seis cifras al año cuando se concentra, precisamente, en todo lo contrario.
En qué es lo que sí puede controlar.
Y, amigo mío, lo único que podemos controlar es lo que pensamos, lo que dejamos que nos afecte y las cosas que decidimos hacer o no hacer.
El resto, los impuestos, las cuotas y el resto de trabas, son las reglas de un juego que no podemos controlar.
Están ahí y nos las vamos a comer con patatas pase lo que pase.
Lo que podemos es crear más valor para que nos impacten lo menos posible.
Lo que podemos es coger una afición, algo que se supone que nos quita tiempo y dinero, y convertirlo en una fuente de dinero.
Para que una colección de veinte mil euros en LEGO, en realidad sea una fuente de ingresos anuales.
Y eso, amigo mío, se hace montando negocios.
Si son digitales, con esto harás que funcionen mejor:
Cómo hacer webs que convierten
Esa es la filosofía que llevo aplicando en clientes y negocios propios desde hace una década y sigue funcionando igual de bien que el primer día.
Y seguirá funcionando igual de bien dentro de veinte años.
PD.: a ti, Diego, no te recomiendo hacer ese curso. Antes necesitas resolver ciertos problemas más acuciantes.
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