Bien, lo primero de todo es esto: si estás empezando un negocio y pides un préstamo, eres imbécil.
Hay demasiadas incertidumbres involucradas cuando montas un negocio y la única certeza que tendrás será la de devolver ese préstamo.
El 99% de los pequeños negocios los puedes empezar sin prácticamente capital, es más un tema de esfuerzo.
Ya sabes, esos pequeños negocios no fracasan por falta de dinero. Fallan por falta de cerebro, por falta de esfuerzo.
Si vas a empezar un negocio, más te vale conocer la industria y tu empresa mejor que nadie, porque estás compitiendo.
Pensar que el resto de los competidores van a quedarse quietos dejándote crecer es de locos.
Si vas a competir contra mí en alguna de mis empresas, más te vale saber que voy a trabajar 24 horas al día para patearte el culo.
—Mark Cuban. Emprendedor, inversor, billonario.
Cuando rechazo trabajar o cancelo contratos que tengo con startups, la gente no lo entiende.
Menos aún cuando luego me enseñan que esa startup a la que mandé a la mierda por la forma en la que contactó conmigo y su falta de educación ha «levantado» una financiación de 2 millones de euros.
Al decírselo ayer a un colega, me recomendó que viera esta entrevista de hace ya unos años.
Y esa primera frase resume lo más importante y lo que llevo diciendo casi una década.
El mundo está tan loco, que lo buena o mala que es una startup se define por dos factores:
«Ya somos 80 en el equipo».
Toma 80 nóminas a pagar, cuando tu producto no es rentable por sí mismo.
«Hemos conseguido cerrar una ronda de inversión de 1.000.000€».
Toma deuda de 1.000.000€ antes siquiera de facturar tu primer euro.
Escucha, que no es broma.
Este año me he desecho de dos startups que van por ese camino.
Una ya ha muerto (ni 6 meses han durado), porque estaban centrados única y exclusivamente en conseguir financiación, no en desarrollar su propuesta.
Querían «algo para convencer» a los inversores, no algo que pudiera convencer a su público.
La segunda, acaba de cerrar una ronda de 200.000€ y ha contratado a no sé cuántas personas.
¡Y no son rentables!
El modelo de negocio hace aguas y su confianza está puesta en «alcanzar un volumen tan grande que…».
Que, ¿qué?
¿Que venga un inversor, te suelte pasta?
La semana pasada una muy buena amiga mía, Blanca, me hablaba de la montaña rusa que está viviendo su marido en la startup que lo ha contratado.
Periodos de no saber ni quién es ni cuál es su rol.
Periodos de actividad máxima.
Periodos de aburrimiento.
¿Por qué?
Porque están, cito textualmente, «tirando de inversores porque de momento no tienen beneficios».
Lo primero que tienes que conseguir cuando montas algo es que los ingresos sean superiores a los gastos.
Ni más, ni menos.
Luego ya te preocuparás de escalar, aumentar y ganar cada vez más.
A ser posible, sin pedirle un solo euro a nadie.
–Ya, pero es que hace falta invertir al menos no sé cuántos mill euros en hacer una página web que…
No, my friend, si estás empezando, puedes hacerlo tú mismo por una fracción de ese dinero.
Y puedes hacerlo de tal forma que la web triunfe.
Que cumpla con tus objetivos de negocio.
–Eso es impo…
Sujétame el cubata.
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Y esa es la primera lección: sé honesto con todo lo que digas y hagas.
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