El otro día una mujer se rió de mí por hablar de dinero.
Me dijo que estaba obsesionado, que solo hablo de dinero y que todo lo que hago lo hago por dinero.
Lo dejé pasar, como dejo pasar todos los ataques de gente que ni lee ni entiende lo que escribo cada día, pero hoy hay una persona que no lo ha dejado pasar.
Si hoy no tienes tiempo…
El email de hoy te lo escriben entre Juan y la Innombrable, con giro importante.
Tanto, que no lleva enlace, sino una invitación.
Y hemos abierto la puerta a recibir PATROCINIOS en la newsletter, así que si te interesa, ya sabes dónde encontrarme.
Se llama Juan y, por lo que me dice en su correo, tiene más de 60 años y un don natural para conectar su historia con la de esa mujer de risa fácil.
O, quizá, nos damos cuenta de las conexiones cuando tenemos algo que conectar.
El dinero es una forma muy buena de medir y comparar resultados. Pero no por ser dinero, sino porque es cuantificable (si eres ingeniero, como yo, lo entenderás perfectamente), como cualquier número.
Sin embargo, es un motor pésimo.
¿De verdad alguien cree que me levanto a las 6:00 y escribo un email por dinero?
El dinero ayuda y es importante, pero no es El Motivo.
El motivo real te lo cuenta Juan:
Hace un año guardé tu sitio de internet porque me gustó la forma en que comunicas algo, cuando se nota que te gusta.
Y de eso creo que entiendo algo!
A los 17 años comencé a dar clases en nuestro secundario (en Uruguay le llamamos Liceo, son cursos de 6 años post primaria y preuniversitario). […] y me gradué de docente.
¡Me retiré a los 60 años!
[…]
Me acaban de invitar a ser panelista de la Feria de […] para la semana que viene.
De un pasatiempo a esto …
No quería dejar pasar esta oportunidad sin agradecerte lo que haces y escribes. También me has dado ánimo -sin saberlo- para animarme a esta aventura.
¡Gracias David!
Si nadie te ha agradecido nunca que le hayas servido de inspiración, motivación o cambio en su vida, déjame que intente describírtelo.
Es una sensación que no transmite placer; el placer es algo efímero, frío y facilón. Esta sensación es algo que te llena por dentro, te transmite una calidez especial y dura más que las pilas Duracel.
Es algo que aviva las llamas de lo que sea que hagas y te da combustible para seguir haciéndolo.
«¿Aunque sea gratis?»
Anda, amigo entrecomillado, ya te echábamos de menos; y tienes razón, llena aunque sea gratis.
Lo que pasa es que si, además de ser gratis, puedes sacarle un rendimiento económico, te encontrarás con la definición literal de esa frase que dice:
«Si te gusta lo que haces, no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida».
Pero eso es historia para otro día.
Hoy no quería despedirme sin decirte que estamos abriendo las agendas para proyectos SEO y de diseño web en la agencia (sí, a veces se me olvida que tengo una agencia).
Si quieres que te cuente más cosas de esta otra faceta de mi vida, dímelo y lo hacemos.
Porque, ¿sabes? Haciendo proyectos técnicos, menos inspiradores y motivadores que este, también les cambias la vida a tus clientes.
Y en esos casos sí, el dinero es la mejor representación de que has hecho un buen trabajo.
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