Este email es personal, casi una reflexión que debería estar anotada en mi diario en lugar de en un email que van a leer miles de personas.
Pero hemos venido a formar, y se forma mejor en los momentos de crisis que en los momentos buenos.
Si tienes hijos, no hace falta que te pongas en situación, pero si no los tienes trata de recordar.
Recuerda esos momentos, con 12, 13, 14…, con una edad no demasiado alta, en la que cualquier bache en el camino (real o imaginario) suponía un DRAMA, con mayúsculas, negrita y un tamaño de letra superior.
Tus padres te decían que NO.
Tus amigos hacían algo sin ti (y resultaba ser el mejor día de su vida).
Tu…
¿Lo tienes en mente?
Venga, pues aquí va el truco.
Nunca, nunca, nunca, se deben tomar decisiones en momentos de euforia o angustia extrema.
Cuando llevas días sin dormir, escuchando gritos de dolor cada poco rato, con las responsabilidades acumulándose y tu fortaleza mental mermando, es muy fácil mandarlo todo a la mierda.
Sentirse una mierda.
O hacer una mierda.
Pero no hay que hacerlo.
Hay que aguantar hasta que las cosas vuelvan a su cauce y entonces, solo cuando el funcionamiento es otra vez normal y/o satisfactorio, cuando tomas una decisión.
Porque las emociones son unas cabronas y nos ponen fácil apretar el gatillo.
La maestría, la excelencia y el bien hacer es resistir la urgencia de apretarlo, relajar la respiración y acallar la mente, dejar la pistola en la mesa y olvidarse de ella.
Y entonces, solo entonces, evaluar la situación y, con serenidad, hacer lo que sea necesario.
Sea abandonar el proyecto personal que tienes entre manos.
Mandar a tu jefe a donde se merece.
Cambiarte de país.
Dejar a tu pareja.
O afeitarte la cabeza.
Porque, una vez lo hagas, no sueles tener vuelta atrás.
Tengo un curso.
No es tan dramático como lo que acabo de contarte, pero te ayudará en tus momentos de drama.
Sobre todo, porque verás que hay un camino vital distinto al que estás siguiendo ahora que te llena más, que te resulta más fácil y que, encima, te trae billetes.
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Si estás cabreado, angustiado o harto de tu p*** jefe, no lo compres.
Espérate a mañana.
Que para eso te escribo todos los días, para que no tomes decisiones irracionales.
Salvo el 30 de septiembre.
Porque ese día el curso subirá de precio.
PD.: si me sigues en Twitter (@cabaltc) sabrás que han operado a mi hijo pequeño. Todo ha ido según lo previsto, pero el posoperatorio está siendo el infierno en la Tierra, así que te escribo esto con una grandísima carencia de sueño, ánimo y energía.
Pero no se mandan las cosas a la mierda en los momentos bajos, ¿verdad? Se aprietan los machos y se hace lo que se tiene que hacer.
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