Después de casi 400 emails escritos y enviados de forma diaria, parece que todas las mañanas me levanto con un ánimo increíble.
Positivo, activo y con ganas de contarte cosas.
Que soy un tipo de persona especial, con una motivación constante y una confianza ciega en mi carrera profesional, mis capacidades y mi éxito.
La realidad es muy distinta.
Así que, en lugar de ir a mi carpeta de emails preparados, historias a medio contar o emails que me han escrito compañeros tuyos y que puedo reutilizar, lo que voy a hacer es contarte algo diferente.
Porque NO ME APETECE UNA MIERDA ESCRIBIRTE.
Estoy cansado, estoy desmotivado, estoy algo triste y lo que me apetece es darle a la droga.
«¿No decías que no bebías alcohol, café, ni tomabas drogas?»
Sustancias que alteran la mente no tomo ninguna, amigo entrecomillado, pero hay otras cosas que anestesian el cerebro y frenan los pensamientos.
Tú tendrás las tuyas.
La mía es poner una película en el monitor de mi derecha y jugara a Minecraft en el monitor de la izquierda.
Ni siquiera te hablo de montar un LEGO. Porque eso me ayuda a reconectar conmigo mismo y lo que yo buscaría en momentos como este es justo lo contrario: desconectar.
Pero en lugar de eso, te escribo.
Porque la motivación es una amante traicionera y esquiva.
No puedes confiar en ella y te clavará un puñal en la espalda cuando más la necesites.
La única relación que debes cultivar en esta vida si quieres llegar a algún lado es con la disciplina.
No, no soy de esas personas que están siempre motivadas. De hecho, te diría que proporcionalmente estoy más tiempo desmotivado que motivado.
Pero, ¿sabes qué es lo que sí me hace especial?
Que tengo una fuerza de voluntad férrea, una capacidad de trabajo bien curtida, mucha disciplina y un objetivo en mente.
Así que, cuando me levanto desmotivado y sin ganas de trabajar, en lugar de anestesiarme el cerebro, lo que hago es mandadrme a mí mismo a tomar por culo y hacer lo que tengo que hacer.
Me costará el doble de tiempo terminarlo (llevo 27 minutos ahora mismo y todavía voy por la mitad…), pero lo terminaré.
Quizá no pueda hacer todo lo que quería hacer hoy, pero algo haré.
Por eso cuando me escribe alguien pidiéndome motivos para comprar alguno de mis cursos me invade una indiferencia apabullante.
Porque a mí me da igual que compres un curso o no lo compres.
Y a ti también debería darte igual.
Lo que debería importarte es tener la capacidad de, en lugar de lanzar acusaciones y excusas hacia los demás, ponerte a trabajar para llegar a ese objetivo.
Aunque te cueste.
Aunque no te apetezca.
¿Que quieres sacarte un sobresueldo?
¿Que quieres conseguir un sueldo entero fuera de ese trabajo que tan poco te motiva?
Pues saca los huevos de la bañera y ponte a trabajar.
El resto no debería importarte.
Salvo que quieras usar atajos y llegar a la meta sin tener que probar durante años y construir media docena de páginas web que no te den ni para pagar el dominio.
En ese caso, tengo algo para ti:
La mejor forma de ganar un dinero extra
Para todo lo demás, deja de lamentarte y ponte a trabajar.
Fíjate, al final he tardado 36 minutos en escribir esto en lugar de los 20 habituales.
Eso significa que no me he levantado tan mal como creía.
Solo un 80% desmotivado.
Así que mi 100% de disciplina reequilibran la balanza hacia tiene que ir.
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