¿Sabes por qué hay escritores que triunfan y escritores que se comen los mocos?
En 2015 conocí muchos escritores. Pero muchos, MUCHOS.
Algunos eran tan amateurs que era difícil leer más allá de la primera línea.
Otros eran tan profesionales, que hoy se han convertido en bestsellers de primera línea, que publican en las editoriales más grandes, con libros traducidos a todos los idiomas y decenas y cientos de miles de lectores por el mundo.
Analizar por qué tuvieron éxito es complejo, pero descubrir por qué el 98% se quedaron por el camino es muy, MUY sencillo.
En aquella época, participaba en varios círculos y comunidades de aprendices a escritor.
Y lo más habitual era escuchar cosas del estilo de:
«Buah, ayer me entró la inspiración y escribí 4000 palabras».
O
«Se me ha ocurrido una idea brutal para un libro».
Y eso es un problema.
Porque en paralelo a esos momentos de inspiración, cuando las musas, los astros, las pixies y los demonios bailan juntos a la luz de la luna, en perfecta sincronía, tienes el opuesto:
«Hoy no he escrito nada, no estaba inspirado»
«Estoy atascado, no encuentro la forma de poner más de dos palabras seguidas»
«Todo lo que escribo es una mierda, así que no escribo nada»
Porque siguen pensando que escribir depende de un ser místico que te otorga poderes especiales.
Lo llamamos motivación y es lo que separa a los buenos de los mediocres.
¿Sabes qué es lo que hacían los que hoy sí son escritores de renombre?
Escribir.
¿No estaban inspirados?
Escribían.
¿No les apetecía?
Escribían.
¿No estaban contentos con su estilo?
Escribían, estudiaban, escribían, leían, escribían y pedían ayuda.
La MOTIVACIÓN es el peor amigo del hombre. Sobre todo cuando confías en ella para llevar adelante tus proyectos.
Es como pretender ganar una carrera pisando el freno.
Si de verdad quieres escribir o conseguir algo en tu vida, no necesitas motivación. Lo que necesitas es DISCIPLINA.
Necesitas hacer lo que tienes que hacer, aunque no te apetezca.
Y así, poco a poco, ejercitarás un músculo que es imparable y que no necesita de lo que no tengas tú el control.
Si a esa disciplina le añades una buena cantidad de constancia, entonces tú sí que serás imparable.
Tengo 8 trucos para conseguir que mi disciplina sea imparable.
Si los quieres hacer tuyos y convertir tu atención de algo disperso a un todoterreno:
Consigue esta disciplina, súmale la estrategia que te cuento en el audio Hecho es mejor que perfecto y verás cómo se abren nuevos horizontes en tu vida.
Hecho es mejor que perfecto: vivir de tu pasión
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