Querido lector, necesito tu ayuda.
Porque no sé si he entrado dentro de una burbuja que bloquea el ruido o en realidad el mundo vuelve a girar como debería.
Verás.
Si hoy no tienes tiempo…
No te creas a quien te lo venda todo color de rosa.
Porque la perfección no existe
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Hace unos años se pusieron de moda los negocios del si quieres, puedes.
Los negocios Mr. Wonderfulianos de fulanos que te vendían el oro, el moro y la enorme insatisfacción de saber que, si no puedes conseguir lo que quieres, es que no lo estás queriendo demasiado.
Mensajes tan tóxicos y dañinos que deberían haberlos prohibido desde la OMS, pero que como generan millones en beneficios, nadie quiso cortarlos.
Y todavía hay muchos gurús, fantasmas y vendehumos trasladando un mensaje simplista y exculpatorio de que tus fracasos dependen de tu panza, de tu falta de commitment y de tus pocos sacrificios.
Porque, amigo, si quieres triunfar, tener éxito, dinero, mujeres y un six-pack, tan solo tienes que desearlo fuerte.
Y comprar mi asesoramiento personalizado para ganar un millón mientras haces abdominales.
¡Que trabajas poco, amigo! Si te esforzases más…
El éxito no se reduce a un resultado.
Ni se reduce a una única fuerza de empuje (tus deseos, tu esfuerzo, tu dedicación, tu compromiso…).
Existen factores externos incontrolables, factores internos determinantes y, sobre todo, existe la suerte.
Que sí, que la suerte te la puedes generar tú mismo, pero hay otra suerte externa que a veces llega y a veces no.
Trabajar, desear y esforzarse son fuerzas poderosas para lograr objetivos.
Aunque no son las únicas.
Saber rectificar, saber frenar a tiempo, saber por dónde ir, tener el conocimiento adecuado en el momento preciso…
Y tener claro lo que buscas.
Todo suma, incluso la formación y las experiencias ajenas. Esas que pueden ahorrarte caminos erróneos y darte herramientas que te facilitan el trabajo.
Pero, amigo mío, el trabajo duro no te lo va a quitar nadie.
Si no haces por conseguirlo, da igual cuánto lo desees, que no llegará.
Eso sí: no hace falta estar sonriendo y viendo las cosas positivas todo el día. Puedes llorar, entristecerte y desesperarte.
Y puedes conseguirlo con una panza sin cuadraditos.
Lo que importa es que te pongas en marcha cuanto antes.
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