No te voy a engañar, entre el post de ayer y este he escrito 9 artículos que no vas a leer.
Al menos por ahora.
Eso son muchas palabras tiradas a la basura.
Miles de palabras, varias horas de trabajo.
Así que déjame contarte por qué he desperdiciado mi vida en esos artículos y por qué no los voy a publicar.
Atiende, que vas a aprender algo por lo que podría crear una masterclass de 99€ sin demasiados problemas.
Quizá lo haga…
Llevo 8 años escribiendo contenido y publicándolo en distintas webs.
Habré escrito más de 700 posts, unos mejores, otros peores, unos más largos, otros más cortos, y varios cientos más de emails como este que estás leyendo ahora mismo.
Y siempre he intentado aportar el máximo valor a quien los leyera.
Consejos, lecciones, reflexiones, herramientas, trucos, guías…
¿Y sabes qué he aprendido?
Que aportar valor no es la clave del éxito de una página web, un newsletter o un influenzer de tres al cuarto.
La gente no quiere que le aportes valor.
Miles de personas han pasado por este y otros de mis blogs, y todos se han ido por un motivo similar.
¿Que no les aportaba algo útil?
No.
¿Que tengo erratas en mis textos?
Alguno sí, pero suelen preferir hacérmelo saber antes que irse. A la gente le gusta ver cómo sus personas de referencia la cagan y cometen errores.
De hecho, ese influenzer que has leído con Z está escrito aposta, porque considero que un influencer es como un virus. Y sé que el influenza es el virus de la gripe y…
No te aburro más, porque esa es la clave de que la gente deje de leerte: que tu contenido les aburra.
Las páginas webs que triunfan, los posts que más venden y los emprendedores que más suscriptores tienen en sus newsletters no lo hacen por el valor que aportan.
Lo hacen por el entretenimiento que proporcionan…
…y obivamente el valor que hay detrás de lo que cuentan. Aunque sea con cuentagotas.
Es más, ese valor sobraría en la ecuación.
Si entretienes: te leen.
Si aburres: se piran.
¿Por qué no te he mandado esos 9 posts? ¿Porque eran aburridos?
Quizá no, pero todos tenían detrás reflexiones muy profundas, aprendizajes sobre la vida, el emprendimiento, las técnicas de captación, retención y…
Bufff, me estoy aburriendo yo mismo solo de pensarlo.
Demasiados consejos, demasiados aprendizajes y muy poco entretenimiento. O entreteenimiento negativo, noticias turbias, historias relacionadas con trabajos y jefes de mierda, o cosas que me han puesto de mala leche.
Y yo no quiero que tú empieces el día con cosas negativas ni reflexiones sobre si tu vida merece la pena o no.
Quiero que te levantes con energía, una sonrisa y ganas de comerte el mundo.
Quiero que te rías, que te sorprendas y que vayas con tus compañeros, tus amigos o quien quieras y le cuentes esa cosa tan curiosa que te he contado en el correo.
No el consejo, no la reflexión, esa quiero que se te quede dentro como si no fuera importante, para que puedas usarla cuando la necesites.
Lo que quiero que te quedes es con esos halcones que protegen placas solares, con esos consoladores que no puedes comprar en Texas o con el «tiene rabo» de mi colega de Badajoz.
Mañana volveremos a sonreír tú y yo con el correo que te mande. Porque sí, cada día envío un correo con historias, consejos y un poquito de valor añadido.
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