Eres tu peor crítico.
Espero que ya lo sepas y que no te esté descubriendo la pólvora, porque si no lo que viene ahora va a ser j0dido…
Somos los menos indicados para opinar, juzgar y analizar nuestra vida, pero también somos los que más lo hacemos.
Hay mil dichos sobre el tema, pero el de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio es muy adecuado.
Y cuando te enseñan tu vida desde otra perspectiva, de pronto te das cuenta de que las cosas no son como pensabas.
Cuando pagas a una psicóloga, por ejemplo.
O cuando entrevistas a alguien.
Ayer me senté un par de horas con una de las mejores escritoras que conozco.
Ella dirá que no. Sacará su humildad a relucir, su miedo a la soberbia y dirá que solo es una aprendiz aventajada.
Pero la realidad es que esta mujer es una crack.
Y no solo porque viva de escribir.
Repito por si no ha quedado claro: vive de vender libros. Pon que te llevas tres o cuatro euros por ejemplar (siendo generoso) y calcula cuántos lectores tiene al año para poder centrarse únicamente en escribir.
No, no es una crack (solo) por eso.
Sino por haber sabido reinventarse dos, tres y hasta cuatro veces a lo largo de su vida.
Reinvenciones que la han llevado desde un trabajo miserable para una multinacional hasta su verdadero sueño.
Contar historias y vivir de ello.
¿Te lo imaginas?
No lo de contar historias y vivir de ello, si no a coger eso que te apasiona y convertirlo en tu medio de vida.
Llámalo escribir, pintar un cuadro, cocinar postres o montar un LEGO.
Si quieres saber cómo lo hizo Mónica Gutiérrez, una escritora que transmite paz y emociones con sus palabras, pincha aquí:
En esta charla (me niego a llamarlo entrevista) Mónica dice unas cuantas perlas que valen oro puro.
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