No sé si estás acostumbrado a ir restaurantes en los que haya platos que valgan 15.000€ por kilo.
Si es así, puedes cerrar el navegador.
No te va a sorprender nada, nos vemos mañana.
Sin embargo, si quince mil euros por un kilo de comida te parece un precio absurdamente elevado, acompáñame.
Mi mujer y yo celebramos nuestro aniversario de boda hace poco.
Un aniversario como la unidad de medida básica de los huevos.
¿Los huevos?
Sí, nos casamos un día con nieve de hace una docena de años.
Precioso, ¿verdad?
Que nuestra piel aparezca con un tono entre rojizo y morado en algunas fotos es secundario.
El caso es que, para celebrarlo, fuimos a uno de estos restaurantes de alto copete de Madrid.
Uno de esos de estrellas Michelin, chefs con nombre propio y lista de espera.
¿El precio?
Acorde con la calidad y el evento que celebrábamos.
Nada que no puedas conseguir en un buen restaurante con unas copas y algo de vino.
O muchas copas y mucho vino.
Lo divertido llega si, en vez del menú degustación que cogimos nosotros, pides la carta normal.
Que es lo que hizo la pareja de nuestro lado.
Cerca de 80 años, clientes fijos del local, conversando sobre otros restaurantes de la zona y cómo se copian platos entre ellos.
Ya sabes, lo típico, un sandwich de caviar.
Unas gambas rojas del pitiminí cristalizadas.
O un poquito de trufa blanca.
–¡Anda! Si tienen trufa blanca –dice ella.
–Y solo 15€ el gramo –dice él.
–¿Cuánto podemos pedir y con qué platos lo podemos acompañar? –pregunta la mujer, con voz animada, a la camarera.
–Lo que usted quiera, con el plato que usted quiera, aunque yo le recomiendo…
Espera, ¿has dicho 15€ el gramo?
No suena tan caro…
Pero si un kilo tiene mil gramos, quince euros el gramo son…
15.000€ el kilo.
Vale que es trufa, es escasa, difícil de conseguir y además es blanca, pero… ¿Más de lo que cobra mucha gente al año por un kilo?
Escucha, que esto no va de que aparcar fuera imposible.
De que toda la zona estuviera plagada con docenas de restaurantes de igual o mayor calidad.
De que todos estuvieran llenos a reventar.
De que…
De que un plato costase miles de euros por kilo.
Esto va de que no puedes juzgar ni decidir lo que otro estaría dispuesto a gastarse por algo.
Es como coger una web que ofrece 3 servicios y destacar el de precio medio porque crees que será el que más se vaya a vender.
O no pedir 4000€ por una diseñar una estrategia de negocio, SEO y web para un cliente, porque no creas que lo vayan a pagar.
Mejor les pido 1000€ y les voy aportando valor extra y gratis, a ver si ellos mismos deciden pagarme el resto.
O…
Si te digo lo que me pagó un hombre hace unos meses solo para sentarme a charlar con él un par de horas, igual te echabas a llorar.
Y el precio ni siquiera lo fijé yo, lo dijo él.
Así que antes de cagarte en el restaurante que ofrece un plato por 15.000€/kilo, pregúntate por qué está ese plato ahí y quién lo va a pagar.
Y, si lo paga, qué más cosas estará dispuesto a comprar y por cuánto.
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