Hay una madre en el colegio de mi hija que cada vez que me ve hace algún comentario para ridiculizar la forma en la que visto.
Que si ese chándal es nuevo.
Que si tengo más ropa en el armario que dos chándals (y eso que tengo tres).
Que si me acuerdo de lo que es un vaquero.
Que si he ido a una boda (cuando me ve en vaqueros)…
Una madre que presume de que a día 1 de mes ya no tiene dinero en la cuenta.
Así que mi chándal con la cuenta del banco llena de dinero, mal; pero su ropa de vete tú a saber qué (ni sé de moda, ni me interesa), con la cuenta del banco llorando sangre y préstamos, bien.
Justo sobre esto hablaba ayer con Luis Monge, experto en ventas (del que puedes aprender muchísimo, por cierto).
Poder elegir ir por la vida vestido en chándal, sabiendo que el dinero sigue entrando a espuertas en el banco, es impagable.
Escucha, que esto te interesa.
Dar por sentado lo que vale alguien solo por cómo viste, es una gilipollez supina.
Dar por sentado que alguien vale lo mismo que su cuenta del banco, es otra gilipollez supina.
Pero poder vestir como te de la santísima gana, sin necesidad de aparentar algo que no eres, tener algo que no tienes o sin dar explicaciones a nadie por hacerlo, es una de las cosas más placenteras que hay en esta vida.
Y te lo dice alguien que tuvo que ir en traje y corbata durante varios años y tenía que dar explicaciones cada vez que se quería dejar barba o se le olvidaba afeitarse por la mañana.
No exagero.
El caso es que esto del chandal aplica al resto de facetas de tu vida y de tus negocios.
Es algo que se tarda en aprender y que muy pocos hacen bien.
La gente se concentra demasiado en el ruido, en la parafernalia, en el traje y en la corbata. Se preocupan demasiado en vestir sus negocios como si fueran putas de lujo, mientras por debajo tienen un esqueleto sin vida ni alma.
Y lo que importa no son las luces ni el artificio, lo que importa es lo que transmites.
Tu producto, tu servicio, tu mensaje, tu objetivo…
Las luces y el artificio solo sirven para distraer a los usuarios y crearles una falsa imagen de nosotros mismos, no para vender nuestros objetivos.
Si quieres tener una web de éxito, déjate de parafernalia y ve al grano.
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