¿Sabes ese amigo que te hace una pregunta difícil justo antes de hacer una auténtica estupidez?
O una locura, una burrada, algo drástico y…
«Oye, ¿tú crees que desde aquí se llega al agua?», justo antes de saltar al vacío a intentarlo por sí mismo, independientemente de que la respuesta sea «claro» o «no, te matarás por el camino».
Bien, pues de eso va este correo.
Si hoy no tienes tiempo…
Aprovecha el verano para hacer algo nuevo, algo que te guste, algo que te aleje de la frustración del resto del año.
Esto no solo sirve para webs, también para tomar decisiones adecuadas
Quién sabe si en septiembre me estarás contando que has montado una web de macramé que te empieza a dar dinero.
Mirando atrás, me he dado cuenta de que los puntos de mayor explosión de crecimiento, evolución y cambio positivo han sido los momentos más jodidos de todos.
Momentos en los que tu vida te aplica una política de tierra quemada de la que no puedes escapar más que hacia delante. En los que el fracaso deja de ser una opción y no tienes ningún otro asidero al que agarrarte para salir a flote.
Una baja médica grave, un despido… O el momento en el que te das cuenta de que no puedes perseguir un sueño que no traiga dinero a la mesa, porque tienes una mujer y una hija que necesitan que contribuyas económicamente al conjunto.
Es en esos momentos cuando demostramos la valía que tenemos dentro y la capacidad de transformación de la que no sabíamos que somos capaces.
Lo que pasa es que nadie en su sano juicio aplica esa ley de tierra arrasada de forma voluntaria en su propia vida. Quemar las naves queda bien en los libros de historia, las películas y las novelas, pero en una vida como la tuya o la mía…
¿Y si sale mal?
Como decía alguien que no recuerdo en un libro que tampoco recuerdo:
«No hay nada peor que un trabajo que te va bien y no te gusta»
Porque cuando las cosas van bien es muy difícil cortarlas de raíz. Y el ser humano tiene una capacidad de autoengaño exquisita para convertir un auténtico mojón en algo que va bien.
Si no, nadie aguantaría cinco, diez o quince años en una Picadora de Carne, sea cual sea.
Pero el método es sencillo, amigo mío.
Si pasas más tiempo amargado que disfrutando, la vida te está pidiendo un cambio.
Y el plan es muy sencillo: cambiarla.
No como piensan la mayoría, a lo bestia y con un giro de 180 grados, sino poco a poco.
Empiezas por cambiar una rutina, por añadir una nueva, por abrir la mente a una experiencia nueva. Por ejemplo, montando una página web para hablar de algo que te guste.
Ni siquiera estoy hablando de montar un negocio, ni de ganar dinero. Solo de HACER algo distinto.
Poco a poco, cambio a cambio, día a día, vas cultivando esos nuevos hábitos y persiguiendo aquellos que te hacen sentir mejor y menos amargado.
El objetivo no es compensar la mierda que no te va bien con otra mierda que sí te gusta. Es usar el empuje que te dan esas cosas que te gustan para cambiar las que no lo hacen.
Y, amigo mío, el verano es el momento perfecto para empezar.
Haz algo que sea tuyo y solo tuyo, que te guste, que disfrutes y, quien sabe, quizá en septiembre hayas encontrado la forma de sacarle dinero y empezar a mover tu vida hacia algo que te guste más.
Si, para hacerlo, vas a necesitar una página web, esta es la mejor forma de hacerlo.
No solo porque te enseña cómo hacer la web, sino porque contiene un método estratégico para resolver cualquier problema al que te enfrentes.
Diseño y estrategia para páginas web BIEN
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