¿Te consideras viejo?
¿Joven?
Da igual lo que digan tu documento de identidad o tu partida de nacimiento, la edad es algo que se lleva por dentro.
Porque lo que es el número es poco más que eso, un número que no representa nada.
Si hoy no tienes tiempo…
Deja de lamentarte y ponte a ello: el tiempo no cura nada, lo hace la experiencia.
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Acabo de bajarme del coche, después de conducir 1.200 kilómetros con mi familia en poco más de 48 horas, para conocer a nuestro nuevo sobrino.
El hijo de mi mejor amigo y de la mejor amiga de mi mujer, los cuatro de la misma quinta, ellas médicos y él es el abogado guapo que ha protagonizado muchas ediciones de esta newsletter.
Curioso, ¿verdad? Estoy de acuerdo, pero eso da una historia otro día. Hoy venimos a hablar del bebé o de algo más curioso todavía.
El caso es que, cuando eres pequeño o te pasa algo terrible, siempre hay alguien que te suelta eso de que «el tiempo lo cura todo».
Como si poner las cosas a fuego lento hace que desaparezcan.
Si fuera así, cuanto más viejo seas cuando te pase algo, más curado estarás.
Si fuera así, nuestros amigos ahora, con 38 años y su primer hijo, deberían llevar la paternidad mucho mejor de lo que la llevamos nosotros con 30, cuando nació nuestra hija mayor.
No sé si eres tú, desde el futuro, pero estoy oyendo unas carcajadas bien sonoras.
Quizá sean las mías.
Porque el tiempo no cura nada, mucho menos los retos de la paternidad.
Lo que cura es la experiencia, la práctica, la aceptación.
Y verles a ellos tartamudear en esto de ser padres, sin saber muy bien de dónde les da el aire, con su hijo de escasos 15 días de vida, es la viva prueba de eso.
Ellos tienen años, nosotros experiencia.
Y por mucho que quisiéramos volcarles todo lo que hemos sufrido, llorado, aprendido y disfrutado en los 8 años que llevamos siendo padres, sabemos que no podemos.
Porque tienen que vivirlo ellos mismos.
Equivocarse, llorar, acertar, aceptar y continuar aprendiendo.
La única forma de que el tiempo lo cure todo, es empezar cuanto antes.
Si eres padre con 20, para los 28 ya sabrás más que mis amigos con una década más.
Si te planteas que tu trabajo no saca es lo que quieres hacer con tu vida, cuando llevas veinte años en él, te costará avanzar mucho más que a alguien que lo descubrió con 29.
Si con 19 descubres cuál es tu pasión y trabajas por ella, para los treinta ya puedes haber encontrado un balance que no tiene alguien el doble de mayor que tú.
Así que, amigo lector, en vez de preocuparte por no saber o lamentarte porque no has hecho algo, ponte a ello cuanto antes.
Quizá te lamentes un tiempo más, pero en pocos meses serás una persona mucho más grande que si no lo hubieras hecho.
Yo puedo compartir contigo mi experiencia y mi saber hacer, en audios como este:
Pero si no lo pones en práctica por ti mismo, dará igual los años que tengas tú y los que tenga yo.
Porque seguirás sin tener la experiencia que te hace falta.
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