No sé cómo sería cuando tú eras pequeño, pero en mi época la respuesta a «qué quieres ser de mayor» estaba clara.
Futbolista.
Nadie tenía dudas.
Salvo el abogado guapo y yo, que queríamos ser paleontólogos.
La culpa la tuvieron una colección por entregas de Planeta DeAgostini y uno de esos peliculones que te impactan cuando tienes 7 u 8 años.
Así que él y yo jugábamos a desenterrar huesos de dinosaurios en vez de a dar patadas a un balón.
Fíjate cómo han terminado las cosas.
Él abogado y yo con una agencia de marketing online a mis espaldas.
Las cosas no cambiaron mucho durante dos o tres décadas y la mayoría de niños del mundo seguían eligiendo futbolista como la profesión de sus sueños.
Hasta que llegó YouTube.
Entonces los niños dijeron:
«Oye, este tipo juega a videojuegos, graba vídeos y gana millones… ¡Yo quiero ser como él!».
Esos niños, lo que no saben, es la barbaridad de horas y de gente que no gana un solo euro intentando ser YouTuber.
La mía tampoco sabe lo que es ser YouTuber, porque nadie aquí quiere ser YouTuber, pero sí sabe lo que cuesta grabar, editar y publicar un vídeo.
Normalmente porque se sienta conmigo mientras edito.
Otras porque tengo que grabar cuando están en casa y saben que no se pueden dar gritos.
O porque entra despacio al despacho si me está oyendo hablar, por si en lugar de editando estoy grabando.
También sabe que gran parte de lo que gano viene de esos vídeos que grabo.
Sabe, por experiencia propia, que a papá le gusta explicar y dar clase.
Puede explicarte cómo se formó la Tierra y se separó la Luna.
Cómo evolucionan las manchas de un Puma desde que nace hasta que se hace adulto.
O cómo se diseñan las fases de un plan de contenido para posicionar la web de una empresa por encima de su competencia más directa.
Y por encima de eso, lo que sabe es que cualquier habilidad que ella tenga será útil para otros.
Para enseñarles a pintar un cuadro.
O para ordenar una colección de cartas Pokemon.
Porque siempre hay un público dispuesto a pagar por aprender algo que tú sabes y ellos no.
¿El qué?
¿Cómo?
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